Las plantas biocidas y repelentes nos permiten contrarrestar, neutralizar y ejercer un control sobre las plagas y enfermedades que afectan al cultivo dependiendo de su variedad y dosis correspondiente; estas plantas adecuadamente procesadas no sólo sirven como bioinsecticidas sino también como abono radicular y foliar, así como funguicidas y además tienen propiedades hormonales que permiten un mejor crecimiento del cultivo. Lamentablemente los preparados de aquellas plantas no tienen la misma efectividad que los pesticidas o plaguicidas ya que estos arrasan con todo a su paso y no dejan a ningún insecto vivo, tanto benéfico como nocivo; sin embargo, las plantas biocidas tienen otras ventajas si su uso es contante: mantienen un control sobre enfermedades e insectos dejándolos al mínimo, no erradican a los insectos benéficos que ayudan al control de plagas, mantienen el suelo en buenas condiciones aumentando su fertilidad y finalmente no contienen ningún tipo de químicos que pese a ser degradables nos afectan a la hora de nuestra alimentación ¿Por qué el cáncer es un mal endémico del último siglo cuando se empezó a rociar de manera desmedida nuestros alimentos con agroquímicos?